RESEÑA Barrier, de Brian K. Vaughan y Marcos Martin

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Barrier es el nuevo trabajo del guionista Brian K. Vaughan y los catalanes Marcos Martín y Muntsa Vicente, quienes están a cargo de dibujo y color respectivamente.

En este primer número de Barrier, se nos sitúa en la frontera entre Estados Unidos y México, ofreciéndonos los muy dispares puntos de vista de una “cow-boy” (¿existe cow-girl?) a cargo de un rancho fronterizo y la de un inmigrante hondureño o “espalda mojada”, en su particular búsqueda de “El Dorado” que no es sino el llegar a territorio estadounidense.

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Pero antes de entrar en materia, es imposible hablar de Barrier sin contextualizar el marco en el que se ha publicado. Barrier está disponible para descarga en la web de Panel Syndicate. Esta es la plataforma online que el propio Martin y Vaughan crearon para publicar sus obras con total libertad creativa sin injerencias editoriales, dejando además que el importe final a pagar por el cómic quede a criterio del usuario.

Sí, habéis entendido bien.

Vosotros decidís lo que queréis pagar por cada cómic disponible en Panel Syndicate, siendo 0 € una opción más a disposición del lector (aunque si queremos que esta iniciativa prospere 0 € no debería ser una opción para casi nadie) además disponible en español.

En un principio, la plataforma se declaró abierta a publicar obras de otros autores, como de hecho ha sucedido ya con la interesante ‘Universe!’ de Monteys, y ninguno de los cómics que en ella viesen la luz se editarían en formato físico. El caso es que puede que más de uno ya hayáis podido ver su primera y exitosa obra “The Private Eye” a la venta en vuestra tienda especializada favorita y es que, Vaughan y Martin, no tuvieron más remedio que desdecirse de lo dicho y consentir la publicación de su relato futurista cuando Image les ofreció a cambio la distribución de un futurible número especial de ‘The Walking Dead’ en exclusiva a través de su web.

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Pero volvamos con ‘Barrier’. Lo que tenemos entre manos es el primero de los cinco números de los que se compondrá la serie, formado por 54 páginas donde Vaughan comienza presentándonos los personajes de Liddy y Oscar. La primera, una dura ranchera acostumbrada a lidiar con todo tipo de infortunios causados por la localización de sus tierras, colindantes con territorio mexicano.

barrier 5En un principio, el personaje se nos presenta bajo el estereotipo de una curtida vaquera dispuesta a todo para proteger sus tierras pero, a medida que avanza el relato, se nos ofrecen matices que indican ciertos conflictos internos que dan a entender que hay más detrás de Liddy de lo que uno pueda pensar.

Por su parte, Oscar es un inmigrante hondureño inmerso en el mortal periplo que tantas veces desemboca en un fatal desenlace para miles de personas que sueñan con una vida mejor en los EEUU. Sin embargo, Oscar tampoco se nos presenta como un personaje plano, sino alguien que corre una carrera desesperada y en la que ha de estar dispuesto a todo pero que, no por ello, renuncia a su código de honor personal ni a sus principios, además de mostrársenos como un hombre de considerables recursos.

La libertad creativa de la que os hablaba antes se hace notar a la hora de narrar la historia. Tanto por su innovadora mezcla de idiomas (que al menos el que suscribe nunca había visto antes en un cómic), donde se alterna entre el español y el inglés a medida que se nos cuentan las historias paralelas de cada uno de los dos protagonistas y donde ambos en todo momento hablan en su lengua nativa. Esto consigue un mayor grado de inmersión en la historia del lector, aunque como contrapartida provoca que los lectores hispano-parlantes que no posean un mínimo dominio de la lengua de Shakespeare tengan difícil el acceso a este cómic. Ídem con los anglo-parlantes por las mismas razones.

Hablando del dibujo, vaya por delante que siento especial debilidad por un Marcos Martin que con frecuencia me recuerda un poco al gran Frank Quitely. Si bien su dibujo de trazo simple y elegante funciona aún mejor de lo que lo hacía en ‘The Private Eye’, es con su narrativa con lo que Martín cautiva al lector, llenando la historia de recursos visuales que nos deleitan hasta alcanzar el sumun en esas siete páginas sin textos que nos cuentan el devenir de ambos protagonistas para dar paso al acto final de este primer número.

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Hay quien critica la evolución en el trazo del dibujante español desde sus primeros años pero, desde mi punto de vista, cada página de Martín te transporta dentro de una historia a la que, además, le sienta genial la paleta de colores cálidos que le imprime Muntsa Vicente. El colorista ayuda a la perfección a que el dibujo generé esa atmósfera calurosa característica de la zona geográfica donde se ambienta la trama.

En cuanto a Vaughan, el estadounidense nos enseña el capote cual torero experimentado para que entremos confiados en una historia que, al poco de arrancar, ya creemos saber hacía donde va, pero que en su tramo final nos lanza un sopapo a la cara en forma de splash page que nos hace esperar con más ansía si cabe la siguiente entrega y pensar que por fin, esta vez sí, Vaughan sepa darnos un final a la altura de sus grandes obras.

Como punto negativo, resaltar que esta primera entrega se le hace a uno demasiado corta y sólo sirve a modo de exquisito tentempié, dejándonos a expensas del plato fuerte que, eso sí, esperamos con muchísimas ganas.

Demasiado poco para poder valorar el menú entero pero hay que reconocer que comienza con un gran entrante.

Sobre Hugo Canal

Nacido a principio de los 80 en tierra de cachopos y fabada. Su ingesta accidental a una edad muy marrana más que temprana, me proporcionó poderes esféricos que me alejaron de deportes y pachangas de recreo, empujándome sin remedio en los brazos del 4º arte en adelante a excepción honrosa del 5º. Marvelita de pro, fue celebre mi matrimonio de más de 20 años con el hijo de los Parker hasta que su idilio con Mefisto provocó nuestro sonado divorcio. Hoy, buscado todavía por mi librero, sobrevivo en Oviedo como comiquero de fortuna. Si tiene usted algún tebeo y me lo pasa en re-venta, quizás pueda hasta comprarlo.

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