RESEÑA Bibliomania de Obaru y Macchiro

Bibliomanía, canibalismo literario.
El sufijo “manía” significa: Obsesión, afición intensa o adicción.

Alice, o Alicia, la protagonista de este manga, lleva esta definición hasta el extremo. Bibliomanía, es una historia que nos resulta fácil de leer, y no tanto en el momento de determinar su género. ¿Qué es por tanto, Bibliomanía?

Bibliomanía era hasta hace bien poco, un manga que a pesar de existir hace tiempo, no contaba con un formato físico. Hasta que el año pasado, las editoriales Kibook Ediciones SL y Manga Hack Perry, decidieron apostar por la idea de Obaru y el dibujo de Macchiro y afrontar el desafío de publicarlo al fin, y en estos momentos y debido a su éxito, se trabaja en una serie animada que se pretende exportar a varios países.

En sus páginas encontramos claras referencias bíblicas, momentos de auténtico terror y angustia, filosofía y humanismo. Bibliomanía, puede catalogarse como una versión marcadamente más turbia del clásico Alicia en el país de las maravillas, que se regocija señalando los instintos más primitivos de los seres humanos. El mangaka Obaru, disfruta mostrándonos las bajezas de los hombres, sus sueños más íntimos y macabros. Posee una narrativa que hace que su lectura sea vertiginosa y te hace siempre esperar capas subyacentes debajo de cada capítulo.

En una especie de Génesis, Alicia, se despierta convertida en la residente de un extraño hotel, en la habitación 431, y como único anfitrión, un peculiar ser con forma de serpiente (otro guiño a la religión católica). Este ser, espera ansioso al resto de invitados que están por venir, hasta completarse el aforo de 666 huéspedes, solo así, alcanzará su evolución inmortal y libertad y podrá dar rienda suelta a sus anhelos de conquista del mundo exterior.

Serpiente, así se hace llamar el reptil, le hace saber a Alicia, que mientras permanezca en el interior de su habitación, todos sus sueños se harán realidad, pero si opta por salir, sufrirá las consecuencias. A partir de este momento, la historia nos va mostrando con cuenta gotas, fragmentos de lo que parece ser la realidad de un mundo exterior caótico y postapocalíptico, mientras en el interior del hotel, Alicia, trata de escapar. Para ello, deberá cruzar una por una, cada una de las habitaciones hasta llegar a la habitación 0 o índice. Nadie ha logrado escapar hasta la fecha, ya que cada segundo que un huésped pasa fuera de su habitación, su cuerpo comienza un proceso de descomposición y podredumbre.

Cada viñeta tiene un gran impacto en el lector. Al principio, las imágenes de la niña padeciendo los sufrimientos de su piel, como un Jesucristo en su pasión, son verdaderamente estremecedoras, sin embargo, enseguida sorprende y es natural de sospecha, la actitud estoica, desafiante e incluso burlona de Alicia en el momento de afrontar ese dolor. Cada habitación será un nuevo desafío a los sentidos, cada una es habitada por un inquilino, a cada cual, más increíble, todos ellos sumidos en sus sueños más turbios, sus placeres más oscuros y sus desahogos más íntimos, mientras Alicia, continua su huida atravesándolas una a una junto a sus peligros.

La carga de texto es muy comedida, delega la mayoría de narrativa en un dibujo profundamente inmersivo, detallista y explícito que atrae y describe a la perfección las emociones de los personajes y el desarrollo de los acontecimientos. Posee un final sorprendente y complejo, donde Alicia muestra un fanatismo psicótico por el conocimiento, que en este caso sí ocupa lugar y que no dejará indiferente a nadie y que de seguro obligará al lector a una relectura.

Sobre Raúl Rodríguez Ramos

Sígueme a la muerte, Alicia.

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