RESEÑA Calavera Lunar de Albert Monteys

25 años después, ¿Qué tenemos aquí? Pues una historia de ciencia ficción, y podríamos decir, quizá, de superhéroes, en la que tenemos a un protagonista que, pobre, hace lo que puede queriendo ser un auténtico héroe. Calavera Lunar nació de la mano de Albert Monteys en 1996 y ahora, con motivo del vigésimo quinto aniversario, Astiberri, y un año antes la Editorial Mai Més, han publicado, en un tomo, las aventuras de uno de los personajes más destacados del Universo Monteys.

Calavera Lunar es un personaje singular que despierta mucha ternura, a quien todo le sale siempre al revés pero que, siempre, en el último momento, se libra y se salva. De hecho, que luche de forma tan persistente en querer ser un auténtico héroe espacial es uno de los puntos fuertes de la obra, eso sí, que consiga serlo ya es otra historia. Toda la trama y secuencia de las historias muestra el amplio conocimiento de Monteys con respecto al mundo de los superhéroes y del cómic en general y, además, aprovecha para dejar un toque de crítica muy interesante que no se puede pasar por alto.

Al final, lo que hay de recalcar es que las escenas de humor absurdo que van apareciendo en las diferentes historias hacen que el lector se parta de risa. Por ejemplo, hay una historia en la que Calavera Lunar dice que su vecino es un malvado que quiere suplantarle la identidad y el pobre vecino está hasta las narices de él, pero no hace nada argumentando que Calavera no está bien. El tratamiento del humor es perfecto, ya no por lo absurdo de algunas escenas, sino porque es un recurso muy bien colocado, que hace que el lector se ría cuando se tiene que reír y no es algo forzado o metido a la fuerza. Esto confiere una identidad muy marcada a las aventuras de este personaje.

El diseño de los personajes es bestial, empezando por el propio Calavera Lunar: Un cráneo humano dentro de un traje espacial, con una escafandra y siempre contento. Otros personajes, como por ejemplo los alienígenas llamados Garcia de Clueca y Losillo o Antonio y Gertrudis son fantásticos y propios de una película de serie B, lo que les da un aura especial.
La cotidianidad de las escenas, los viajes en el tiempo, los villanos (como la nariz de Mussolini o la oreja de Hitler), episodios como los de la boda o personajes como Gertrudis (un cúmulo de energía), nuestro protagonista perdedor que sueña con ser un héroe pero que solo puede hacer eso: soñarlo… En fin, todo en conjunto es una maravilla.

Es muy recalcable el poco tiempo en el que Monteys es capaz de crear un universo propio dotado de todos los elementos necesarios para que se entienda enseguida y no tenga que explicar nada. También llama la atención que el primer número de Calavera Lunar sea el 237, se puede pensar que antes de este número hay 236 más, pero lo que se intuye es que el autor hace una crítica a la continuidad, tantas veces venerada por los lectores. Siguiendo este hilo, y para poner más énfasis en esto, Monteys, a lo largo de todas las historias va poniendo referencias a otros números de Calavera Lunar que no existen. En la primera historia esto ya queda claro porque de forma constante nos va referenciando otros números que, pese a no existir, lo que hacen es darnos un poco más de información sobre la vida del protagonista. De la misma manera, Monteys le da más cuerpo a la serie con recursos como el que se añade al final de cada número: el llamado correo Conexión Estelar, que representa las cartas y mensajes que hacían llegar los lectores (se sobreentiende que ficticios) de Calavera Lunar en los que comentan qué les han parecido los números anteriores, mandan dibujos, etc. Vamos, lo que se solía hacer en las series mensuales de cómics entonces.

En la presente edición, se ha incluido una historia nueva de 20 páginas y, además, al principio, a modo de prólogo, y antes de cada número, aparece el propio Monteys explicándonos cómo nació el personaje y explicándonos cosas interesantes de sus principios como historietista o anécdotas con la serie. También se ha incluido una galería de portadas inéditas.

Por lo tanto, este Calavera Lunar es una reedición muy esperada y es un ejercicio de nostalgia en todos los aspectos. Evidentemente si hacemos la lectura de este cómic ahora, nos trasladaremos automáticamente a Universo o incluso a ciertas viñetas de Matadero 5, pero hay que recordar que lo que aquí se narra es anterior a los citados cómics. Así que lo hay que recordar es que con este personaje nos situamos en los orígenes de Albert Monteys y ver la evolución que ha ido experimentando. Quién sabe si algún día querrá contarnos alguna cosa más de este aventurero espacial.

Sobre Marc Valdi

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